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La Mancomunidad del Alto Tajo ha puesto en marcha un ambicioso proyecto de reforestación participativa con el que se pretende recuperar más de 500 hectáreas de terreno afectado por incendios y desertificación en los últimos años.

El programa invita a la ciudadanía, centros educativos y asociaciones locales a participar en jornadas de plantación, combinando acción directa con educación ambiental.

“No solo queremos plantar árboles, sino también sembrar conciencia y comunidad”, afirmó Lucía Herrero, presidenta de la mancomunidad.

Las especies seleccionadas son autóctonas y adaptadas al entorno, con el objetivo de mejorar la biodiversidad, evitar la erosión del suelo y fortalecer la resiliencia climática de la zona.

La iniciativa cuenta con financiación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, y será monitorizada por técnicos forestales durante los próximos cinco años.

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